¡¡Disfruta de los sabores de nuestra tierra!!
El cocido arriero de Almería no podría estar igual sin las verduras de Suflí, sin su vino blanco de Laujar para pochar, sin su tocino de Serón, sin su lento fuego, y sobre todo sin el cariño de nuestra tierra.
Los pastores eran sorprendidos con la lluvia del monte. Buscaban guarida y hacían un pequeño fuego para deshacer el pan y dorarlo a su calor. Tomaban entonces su queso de Abrucena, sus pimientos de Níjar, sus ajos de Fiñana, las aceitunas del desierto… y para mojarlas el vino de Padules.
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